11/2/15

Incredible.

Es un poco curioso a veces... lo complicados que podemos llegar a ser los seres humanos. 
Nos la pasamos pensando que las peores cosas nos pasan a nosotros.
Llegamos a preguntarnos: ¿Por qué a mí?
Nos quejamos, maldecimos todo, hacemos oídos sordos cuando estamos cerrados en creer que nosotros tenemos la razón y no escuchamos las demás opiniones.
De manera simple: Nos complicamos nuestra propia existencia.

Pero esto a mi parecer, está muy mal... porque no podemos darnos el gusto de apreciar las mínimas cosas que la vida nos da. En este mismo momento mientras que vos lees esto, te quejas de algo tan mínimo cómo por haber perdido algo, haberte sacado una mala nota, haber tenido UN MAL DÍA... en otras partes del mundo hay gente que debe estar comiéndose el garrón de sufrir guerras, enfermedades, secuestros, y todo ese tipo de perversidades.

Pero, ¿vos?. Vos, aunque no lo creas, tenés una oportunidad que ellos no tienen: La oportunidad de vivir TÚ vida como decidas. Tenés el poder de decidir lo que querés y lo que no, las cosas que te hacen mal y las que te hacen bien, tenés el poder de luchar por tus sueños y creer en un mundo mejor, tenés el poder de ir forjando tu destino a tu parecer.

Porque a pesar de que tus papás no te hayan dado permiso de salir hoy, tenés la suerte de tenerlos a tu lado. Y vas a ver que mañana se te pasa el enojo por eso.
Porque a pesar de que te hayas peleados con tus amigos/as, tenés la oportunidad de seguir contando con ellos. De poder verlos y saber que van a formar muchos momentos maravillosos de acá en adelante.
Porque a pesar de que te haya ido mal en la escuela, tenes la suerte de poder ir a una. De educarte, de poder demostrar que sos un ser inteligente, y sobre todo de tener un futuro.

Pero lo más importante, mientras hay gente que afuera está durmiendo tal vez sobre un cartón, un banco, y velando cada día por poder sobrevivir, VOS te quejas por éste estilo de cosas que mencioné arriba, sin quitarte la venda de tus ojos y ver que tenés una casa donde vivir, o por lo menos un lugar donde dormir. Tenés ropa por si hace frío, tenés colchas, de seguro tenés una estufa o un aire acondicionado, tenés comida sobre tu mesa aunque sea 3 veces al día, tenés un televisor, y seguro que también una ducha para poder bañarte. Tenés una computadora, o un celular, o una tablet o cualquiera de ese tipo de cosas electrónicas...

Es por eso que tenemos que agradecer de poder tener estos mínimos detalles en nuestras vidas. De poder expresarnos, de enamorarnos de quien queramos, de poder decir nuestra opinión sin miedo, que nadie nos censure o nos obligue a pensar de una manera diferente. De ser LIBRES.

Y es que yo, como adolescente si entiendo que algunas veces te pasan tantas cosas relativamente "malas" al mismo tiempo, que te sentís hundido y no sabes qué hacer. No sabes a donde correr, cómo reaccionar, y pensás que por qué todo esto te pasa a vos y te haces la cabeza por todo.
Pero, dejame decirte que tenés muchísima suerte.
Tenés suerte de poder leer esto, de sentir, de poder disfrutar de un día más de vida.

Yo, harta también de que me pasen cosas "malas", traté de relajarme un poco en este sentido y es ahí cuando me di cuenta que también es culpa de uno que pasen estas cosas. Porque siempre somos negativos, nos esperamos lo peor de todas las situaciones, no creemos ser capaces de lograr esto o aquello, y  sólo creemos que las cosas materiales o el dinero son lo importante en este mundo. Pero yo no quiero que mi mundo gire en torno a lo material, y volverme una persona fanática de tener todo el dinero o el poder del mundo si eso no llena ni un poquito mi corazón.

Ahora que tenés la oportunidad, luchá por tus sueños. Por más que lo escuches de 20.000 personas aproximadamente y creas que todos te lo dicen por cortesía o cosas así, TODOS vinimos al mundo para cumplir nuestros sueños, y vos tenés el derecho de aunque sea intentarlo. Y si crees que el camino es difícil, dejame decirte también que eso es una barrera que vos solo te pones, porque como dicen "El que quiere, PUEDE. Todo lo demás son excusas."
No dejes que nadie te tire abajo, que te haga sentir inferior o incapaz de cumplirlo. Porque todos aprendemos desde el primer escalón y nadie es mejor que nadie sólo por tener un poco más de experiencia o conocimientos. Si no, no pasaría lo de "El alumno superó al maestro". Y si nos lo proponemos, todos podemos llegar al último escalón.

Todos los sueños de esta vida se pueden cumplir, si le ponés esfuerzo y ganas no necesitas nada más.
Aprovechá y reíte fuerte, grita, baila, canta como si nadie estuviera cerca tuyo. Sólo vos y tus sentimientos. No sientas vergüenza, porque dejar salir tus verdaderas emociones es lo más hermoso que un ser humano puede hacer. Créeme que después vas a sonreír inconscientemente y te vas a sentir muchísimo más aliviado y un poquito más feliz.

Si tenés la oportunidad de escuchar, poné bien fuerte tu canción favorita y cantala a todo pulmón. Bailala en tu pieza, sentila como si fueras vos el protagonista de ésta en un escenario, e imaginate a toda esa gente bailándola. Tratá de escuchar las cosas buenas que tus seres queridos tienen para decirte, porque quieren lo mejor para vos y tu futuro. Escuchá tu propia voz cuando cantás, o en videos, o en grabaciones incluso y no sientas vergüenza por que tu voz es una de las cosas que te identifica.

Si tenés la oportunidad de ver, sólo por un momento desconectate de tus malos pensamientos y salí un rato afuera a ver el paisaje. Si es de noche, aunque sea mirá por la ventana o salí a tu balcón, a tu terraza, y echate un rato a ver el cielo, a pensar en cosas que te hagan bien, y recordar momentos que te saquen sonrisas... y aún mejor si es de día, aprovechá y camina un poco, mirando tal vez el parque, los edificios, las montañas o cualquier cosa que haya en el paisaje donde estés. Imaginá que tus ojos son una cámara de memorias y explorá los colores, las formas, la belleza. Intentá mirar a tus familiares cuando se sientan mal, o a tus amigos cuando necesiten un consejo. Y tampoco te avergüences de tu color de ojos, de su tamaño o del tipo de cejas y pestañas que los acompañen, po que tu mirada es hermosa, especial y única a su manera.

Si tenés la oportunidad de oler, salí por ahí y experimentá todos los olores que haya. El olor a la comida que te hace dar hambre, el de ese perfume tuyo que tanto te encanta, el olor de la tierra mojada, de la lluvia, de las flores,  de un día nuevo. Y sobre todo, valorá mucho a tu nariz, sea de la forma que sea, porque gracias a ella podés respirar y vivir.

Si tenés la oportunidad de poder probar, también date el gusto de probar la comida que tanto te encanta. De las golosinas, o de las verduras, o de cualquier comida o bebida que sea la que te haga cerrar los ojos de tan rica que es y lo mucho que te gusta.

Si tenés la oportunidad de sentir, explorá y tocá. Tus cuadernos llenos de recuerdos, algún objeto que sea especial para vos, salí afuera y si llueve: Dejá que la lluvia caiga. Sentí las gotas, lo fresco del paisaje. Si está nevando, lo mismo. O si están cayendo las hojas del otoño, también hace una montaña de ellas y tirate encima, dejate caer sin miedo. Y si hace calor, buscá muchas muchas flores y tratá de sentirlas, buscá la satisfacción de poder moverte y saber que estás vivo.

Y si por casualidad, tenés la oportunidad de gozar de los 5 sentidos, entonces no los desperdicies. Juntalos todos y empezá a disfrutar un poco más de tus días. Que hay gente que no puede hacerlo y sin embargo; están allá afuera esforzándose por cumplir sus sueños. Porque si hoy estás acá es por algo, tu vida es valiosa. Si alguna vez tratás de quitartela, pensá en esas personas que tuvieron la desdicha de no poder disfrutarla más por alguna circunstancia injusta de esta vida. Y que siempre va a haber alguien que te va a extrañar. No dejes que te pisoteen y demostrales que vos podés hacer algo increíble con tu vida a diferencia de ellos.

Además, si sentís miedo como yo, a veces es normal sentirlo no te preocupes:  El pensar en dónde vas a estar en el día de mañana, si vas a poder cumplir tus sueños, o incluso quién te acompañará en dicha aventura, nos pone un poco bajón a todos de vez en cuando. Si te obligan a estudiar algo que ni siquiera te gusta, y abandonar tus sueños de estudiar algo que realmente disfrutas, luchá. Luchá porque sea reconocido tu derecho de decidir, de elegir lo que vos quéres para el resto de tu vida, y sobre todo hacé notar que el dinero no es nada si no estás haciendo lo que realmente quéres. Porque es preferible que te llenes el alma de emociones haciendo lo que realmente amas, y tal vez no tener toda la riqueza del universo, a que estar sentado en un escritorio haciendo lo que no te gusta y arrepintiéndote y/o pensando qué hubiese pasado si hubieses seguido a tu corazón. Por eso no dejes que el miedo domine tu vida, y en vez de eso, reemplazalo con positividad.

No dejes que la gente mala te arruine los días, porque eso son. Malos días. No una mala vida.
No dejes a la envidia de los demás entrar en tu vida, a los celos, a la desconfianza, a la frialdad. No te cierres en lo que alguna vez fue en tu dolor y confiá las veces que sea necesario hasta encontrar a alguna persona que realmente valga la pena. Porque las hay.
No te eches para atrás porque algo te salió mal o no como lo esperabas. Eso te va a servir para mejorar y convertirte en lo que un día soñaste ser. Porque tropezón no significa caída.

Por el sólo hecho de gozar de alguno de los 5 sentidos ya sos un ser afortunado.
Sinceramente, no sabemos en qué instante nuestra vida se puede terminar. Ni por qué circunstancia o motivo. Entonces... es mejor saber que pasaste tus años de vida haciendo algo que te gustó a que haberlos malgastado pensando en cosas negativas, y querer volver los años atrás para revertirlo todo. Dejá de hacerte tantas preguntas y convertilas en hechos, viví el día a día.
Sencillamente, disfrutá de los pequeños detalles de la vida como poder escuchar esa canción que tanto te gusta con tus auriculares, que te hace poner la piel de gallina y desconectarte del mundo.
De ver el reloj y notar que podes dormir 5 minutos más. De poder hacer tonteras con tus amigos, que queden como recuerdos y que te saquen sonrisas en el futuro. Del sudor que vas a derramar para llegar hasta tus metas. De tener la dicha de estar vivo y agradecer por ello.

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